UN DÍA CUALQUIERA 7- LAS CEREZAS

EN LOS CAPÍTULOS ANTERIORES:

CAPÍTULO 1: http://noticiasdeserbia.blogspot.com/2011/05/un-dia-cualquiera.html

CAPÍTULO 2: http://noticiasdeserbia.blogspot.com/2011/05/un-dia-cualquiera-2.html

CAPÍTULO 3 : http://noticiasdeserbia.blogspot.com/2011/05/un-dia-cualquiera-3.html

CAPÍTULO 4: http://noticiasdeserbia.blogspot.com/2011/05/un-dia-cualquiera-4-paradise-lost.html

CAPÍTULO 5: http://noticiasdeserbia.blogspot.com/2011/05/un-dia-cualquiera-5.html

CAPÍTULO 6:http://noticiasdeserbia.blogspot.com/2011/05/un-dia-cualquiera-6-el-primer-beso.html


El girasol del balcón está a punto de abrir  la flor. Gregoria está limándose las uñas con un papel de lija. Sale el hijo menor, el de la bicicleta; le dice algo y se va. Esta vez andando. La Carmen tira agua sucia por la ventana. Las niñas gitanas otra vez discuten algo y gritan. La gitana vieja, vestida de negro, la de la plazoleta, está sentada en su silla como una estatua. El bóxer de la esquina anda lento, jadeando y sube las escaleras rumbo a la pradera. Un gato huye despavorido por el tejado de la casa en ruinas.
Yo me visto y salgo también. Iba a comprar una cosa para colgar los visillos. No sé cómo se llama en español. De camino a la ferretería me acuerdo como mi amiga Aleksandra, o sea su abuelo tenía una ferretería en Pozarevac. Vivía en una casa grande. Tenía una mesa de billar donde venían chicos más mayores que nosotras a jugar el billar. Cotilleábamos quién es el más guapo.
Paso al lado de unos plátanos que dan mucha sombra y me recuerdan a una arboleda de plátanos en el Bulevar 29 de noviembre (Belgrado) que hace tiempo que ha cambiado de nombre, pero como hace tiempo que no voy a Serbia no sé ni cómo se llama ahora. Allí tomamos muchos aguardientes Slavisa, Jelena y yo.


En esa calle hay muchos bares. Algunos debajo de algún árbol. Me invade la nostalgia, sonrío y este calor insoportable se hace más soportable. Casi me he olvidado del calor. En ese barrio tenía muchos amigos. Lo bueno de aquellos tiempos era que podías presentarte  sin avisar en cualquier casa de tu amigo y te preguntaban "¿Dónde andas?" Antes de poder contestar ya añadían "¿Quieres un cafecito?" y ya ponían la "dzezva" con el agua caliente.
"Nadie me inviata a tomar un cafecito", pienso. "Mejor estaba en Canarias, por lo menos tenía amigos".
"dzezva" con las tazas para tomar café turco

Paso al lado del edificio donde vivía mi marido cuando era soltero. "Espérame aquí, ahora te bajo el bocadillo", me decía. Yo le esperaba. Siempre me dejaba sus bocadillos. Y yo los comía y me resultaban tan sabrosos porque eran suyos.
Salgo de una frutería. Le mando un SMS a mi marido: "Compré unas cerezas. Kissss"
Sí. Ahora es tiempo de cerezas. Y yo siempre cuando como cerezas me acuerdo de aquel día, en Laznica, (el pueblo natal de mis padres) cuando tendría yo unos 7 años o así, y con mi hermano y unos familiares del pueblo, comíamos cerezas amarillas subidos en el árbol. Nos pusimos las botas.

Comentarios